
Estrés en la edad de piedra
La pintura rupestre es gráfica y enérgica, pero los pictogramas de personas y animales son, en una palabra, primitivos. Algunos antropólogos sostienen que tal vez estos artistas amateurs no podían realizar dibujos más realistas.
Sin embargo, un psiquiatra de la Universidad de Harvard ofrece otra explicación. Las personas de la Edad de Piedra vivían permanentemente con tanto miedo – a ataques de animales, a las tribus hostiles, y hasta a los espíritus malignos – que literalmente cambió la percepción de lo que los rodeaba, sugiere la magister Annaelise Pontius. Para mantenerse alertas frente al peligro, sus cerebros trabajaban más rápido, procesando la información espacial por medio de atajos neurales.
Para probar esta teoría, Pontius recorrió durante 10 años zonas remotas en Nueva Guinea, Ecuador y Etiopía para estudiar el resto de las sociedades cazadoras-recolectoras. Su descubrimiento: mientras que las tribus más modernas y menos estresadas tienden a dibujar las características del rostro – ojos, nariz y frente – en forma directamente proporcional, las tribus que continúan viviendo en condiciones más duras y primitivas realizan bosquejos impresionistas, con rasgos desproporcionados o enteramente omitidos. En el “arte de la Edad de Piedra” agrega Pontius, “el rostro humano nunca es exacto en la configuración del ojo, la nariz y la frente”.
Pontius conjetura que mientras que las personas de las sociedades relativamente seguras usan los sistemas corticales más desarrollados del cerebro para interpretar detalles espaciales sutiles, aquellos en sociedades expuestas a mayores peligros o subdesarrolladas utilizan atajos subcorticales. Esta alternativa les ahorra 250 milisegundos, tiempo suficiente para eludir ataques inesperados. –Jamie Talan