lunes, 5 de julio de 2010

STRESS EN LA EDAD DE PIEDRA


El arte rupestre es gráfico y enérgico, pero sus pictografías de animales y personas son, en una palabra, primitivas. Los antropólogos suponen que, quizás, los artistas sin entrenamiento simplemente no podían dibujar representaciones más vívidas.

Sin embargo, un psiquiatra de Harvard ofrece otra explicación. La gente de la Edad de Piedra vivía constantemente con tanto temor – a animales merodeadores, tribus hostiles, incluso a espíritus malignos - que literalmente cambió la forma en que veían a lo que los rodeaba, sugiere Annelise Pontius, MD. Para estar alerta ante el peligro, sus cerebros trabajaban más rápido procesando la información espacial a través de un atajo neuronal.

Para evaluar su teoría, Pontius ha recorrido por 10 años lugares remotos de Nueva Guinea, Ecuador y Etiopía para estudiar las restantes sociedades cazadoras – recolectoras. Su descubrimiento: mientras que las tribus más modernizadas y menos estresadas tienden a dibujar rasgos faciales - ojos, nariz y frente – en forma proporcionada, las tribus que continúan viviendo en condiciones más duras y primitivas realizan bocetos impresionistas con rasgos desproporcionados o totalmente omitidos. De esta manera, son similares a los antiguos artistas rupestres. “En el arte de la Edad de Piedra”, advierte /observa Pontius, “el rostro humano nunca es exacto en la configuración del ojo, la nariz y la frente.”

Pontius especula que mientras las personas en sociedades relativamente seguras usan los sistemas corticales más desarrollados del cerebro para interpretar detalles espaciales sutiles, aquellos en entornos peligrosos o menos desarrollados recurren a atajos sub-corticales. Esta ruta alternativa les ahorra cerca de 250 milisegundos – tiempo suficiente, quizás, para eludir ataques inesperados.